Ahora el turno de Roberto Verino sobre la pasarela. Inspirado en París como ciudad icono, ha recurrido a hombreras pronunciadas, tweeds, talles altos y pantalones y faldas con detalles étnicos.

Lanas gruesas se retuercen en lujosas sedas con remates artesanales que aportan sofisticación y elegancia, tanto en los looks femeninos como en la colección de hombre (bigotes incluidos).

En la paleta el amado negro, además de verdes esmeralda o rojo carmín, detalles metálicos o una pejiguera de plumas, Swarovski, bordados con cristales e incluso lanas doradas que recubrían prendas por completo e incluso abrigos 7/8.