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En un portal próximo a Macy’s del que la gente no deja de entrar y salir. 6 ascensores y 25 plantas. Una puerta de cristal y dos secretarias dan paso a un mundo sinfín de sueños e ilusiones, un subidón de adrenalina. Ahora sí: bienvenido a Nueva York y bienvenido a J. Mendel. (‘Siemprevivas: Diario de New York (I)’ en ladygrett.com)

Son palabras escritas por Adrián Salvador a su llegada a Manhattan. Joven diseñador español, 23 años, es fundador de la firma Siemprevivas y con tan solo tres colecciones ha conseguido uno de sus sueños: trabajar en J. Mendel. No sabe que en menos de dos meses vestirá a Michelle Obama y estará trabajando a contrarreloj para satisfacer un capricho de última hora de la majestuosa Anna Wintour. Un prometedor futuro aparece ante las precoces manos de nuestro entrevistado.

 

Fucking Young! – ¿Cómo se consigue trabajar en J. Mendel?

Adrián Salvador – Con la ayuda de mucha gente. Mi socio, mis compañeros, mi familia…

 

FY – ¿De qué manera se produce el contacto?

AS – Me escribieron unas horas después de presentar la tercera colección de Siemprevivas en Valencia Fashion Week y fue una sorpresa enorme. A los dos días ya estábamos viéndonos por Skype y cerrando contrato y vuelos.

 

FY – Proenza Schouler, Viktor & Rolf o Alexander Wang también te quisieron en su equipo de diseño, ¿por qué J. Mendel?

AS – Las fechas que las demás marcas me ofrecían no encajaban con lo que buscaba. En febrero tengo que estar en España para presentar la nueva colección de mi firma y en J. Mendel me han dado muchísima flexibilidad, tanto en fechas como en horarios.

 

FY – ¿Se parece la idea que tenías de trabajar en la firma y lo que ahora es en realidad?

AS – ¡Es aún mejor de lo que imaginaba! Nunca pensé que J. Mendel fuera una empresa tan joven, que experimentara tanto en técnicas, tejidos y diseño. Es un placer ir cada día al trabajo, siempre estoy aprendiendo algo nuevo.

 

FY – Entresijos del estudio de J. Mendel…

AS – Trabajamos a unas manzanas de Times Square, ¡es alucinante! Junto al estudio hay una habitación con miles de pieles. Me duele decirlo, pero he trabajado con una pitón de 6 metros. En una estantería del estudio hay decenas de carpetas con nombres de celebridades que han llevado vestidos de la firma con sus medidas, volúmenes y los tejidos que utilizaron. El último abrigo que le hemos hecho a una señora del Upper East Side costaba 80.000 dólares.

 

FY -¿Algún momento difícil o metedura de pata durante estos meses?

AS – Miles. Pero la gente aquí es demasiado educada para decírtelo.

 

FY – ¿Qué se te pasa por la cabeza al diseñar para Michelle Obama y Anna Wintour?

AS – ¡Tengo que llamar a alguien para contárselo!

 

FY – ¿Cómo se vive la moda en Nueva York desde la mirada de un forastero?

AS – A veces cuando voy de camino al trabajo me siento como en casa, pero cuando te cruzas con Alexander Wang por la calle o atraviesas Times Square y ves el ritmo tan frenético que lleva la gente te das cuenta de que estás en NY, posiblemente una de las ciudades más creativas que he conocido en mi vida.

 

FY – Eres el fundador de Siemprevivas, firma que apuesta por el trabajo artesanal de estilo minimalista para una mujer que muestra su belleza de manera sencilla, sin alardes. 3 colecciones presentadas en VFW que te han servido para llegar a formar parte de la casa de moda que admirabas desde pequeño. ¿Cuáles son ahora tus intenciones con esta?

AS – Junto a mi socio Lucas estamos luchando para sacar adelante nuestro proyecto y darnos a conocer fuera de España. Inauguramos nuevo estudio en Valencia y tenemos la intención de seguir creando sinergias con artistas, fabricantes y creadores de todas las disciplinas. Desde estas navidades somos tres más en el equipo y estamos ilusionadísimos con los proyectos que tenemos entre manos… Quiero trabajar haciendo lo que me gusta desde mi ciudad y de vez en cuando viajar a Rio, Tokio, Buenos Aires y Nueva York, siempre Nueva York.

 

FY – Ciudad que ha sabido escalar posiciones y ya se encuentra entre las capitales de la moda, y sigue ascendiendo. ¿Qué hacemos con España?

AS – En España lo tenemos todo, sólo hacen falta ganas. En NY las cosas no son tan bonitas, las jornadas de trabajo son eternas, la comida no es como la española y, por supuesto, la vida en general es mucho más dura. Quien algo quiere algo le cuesta, y los neoyorquinos lo saben bien. Si se tienen que levantar a las 5 de la mañana para coger el Ferry desde Staten Island para ir a trabajar a Manhattan cada día, lo harán.

Es el momento, tenemos todos los ingredientes para competir con el resto del mundo y darle la forma que queramos a una industria muy potente.

 

FY – ¿Primer paso para que la moda española empiece a funcionar como sector?

AS – Creérnoslo. Unir fuerzas. Sumar conocimientos. Crear, crear y crear. Trabajar mucho para que la marca España se consolide y se haga cada día más grande.